miércoles, 8 de abril de 2009

Tiempo sin precio

Hace poco me llego en el correo una lectura sobre lo mucho que ha perdido la mujer desde que se puso a trabajar a la par con el hombre. Esto me parece que es muy cierto en varios sentidos.
Uno de los aspectos que más se reciente es obviamente la familia, si es que la hay, los niños se acostumbran a todo, pero la seguridad de contar con uno de los padres en forma incondicional es una de las más grandes ventajas de la crianza. Una de las peores situaciones ,es tener que pedir permiso en el trabajo para ir a atender a un hijo que esta enfermo en la casa, y peor aún es que se lo rechacen. Para que decir lo desagradable que es tener que levantarse cuando esta aún oscuro, y saber que se va a regresar muchas horas después , y que de regreso no podremos descansar ya que hay que hacer todo lo que no se hizo, aseo, almuerzo para los que comen en la casa,ayudar en los compromisos escolares, tratar de saber lo más posible de lo que ocurre con los niños y pareja, ver que cosas hay que comprar para que no falte el abastecimiento...uff! ya me canse..., y cuando estamos por fin viendo algún programa en la tele, que nos hace olvidar un ratito esta vorágine, sentimos la pierna peluda que estaba esperando que paráramos el ritmo para que nos dediquemos a él. Esta es una diapositiva muy vista de un día cualquiera de la mujer que trabaja.
Podemos comprar más cosas, tenemos más seguridad al saber que podemos ser independientes , pero creo que la sumatoria debe ser revisada, y tratar de dejar un tiempito para nosotras, que al fín del cabo es lo único que no tiene precio.

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